La elección de la grifería, tanto del baño como de la cocina, es un aspecto importante ya que repercute directamente sobre el coste y el mantenimiento de cualquier proyecto, ya sea a nivel residencial como de edificios de servicios. La clave está en encontrar el equilibrio adecuado entre diseño, funcionalidad y durabilidad dentro de toda la gama que nos podemos encontrar, donde se utilizan diferentes materiales y componentes.

Unos componentes internos que influyen, de manera directa, en la higiene, la operatividad y en la durabilidad del producto: polímeros (materiales higiénicos ideales para componentes de alta precisión como válvulas y aireadores); composite (un material extremadamente duradero. Las piezas cromadas de composite gozan de la misma durabilidad que la superficie de las piezas de latón o zinc cromado).
Generalmente los grifos están fabricados con materiales que no se corroen con el tiempo: latón o acero inoxidable. Los modelos más asequibles se fabrican con aleaciones de zinc o plástico, aunque su desgaste es más rápido.

Los acabados también son importantes y no se reducen sólo al diseño. El material determina la limpieza y el mantenimiento, su resistencia al agua dura, a las altas temperaturas, a la corrosión, etc.

Existen diferentes opciones: cromado (el más popular, el más duro y el más económico), el latón (ofrece un aspecto exclusivo aunque requiere un alto mantenimiento), negro mate (más resistente a los arañazos), ...