Si estás acostumbrado/a a trabajar en un coworking, o en una oficina, o te gusta ir al gimnasio, o reunirte con compañeros o amigos después de trabajar... vaya, como el común de los mortales, seguro que has oído hablar y casi seguro que te atraen los clubs sociales, entornos de trabajo y de relación por lo general bastante exclusivos y, lo que nos interesa más, excelentemente diseñados. En los últimos años han florecido aquí y allá, sobre todo con foco en Nueva York, como es el caso de The Wing, que abrió su primer establecimiento en la ciudad de los rascacielos en 2016, y que ahora cuenta con varias sedes repartidas por el resto del país y también en Londres.

En estos clubes cada miembro puede disfrutar de los servicios clásicos de un coworking, como compartir telecomunicaciones, espacios y salas de reunión, como de otros algo más avanzados (servicios de estética y masajes, tea room, salas fitness, sala de meditación o para la grabación de podcasts,...), o directamente facilitadores de conciliación, ya que incorporan áreas para que los niños se diviertan mientras sus madres (en el caso de The Wing, dado que es un club eminentemente femenino), puedan hacer contactos profesionales, asistir a charlas o a clases, además de cafetería o terraza.
Pero claro, llegó el confinamiento, y cerraron sus puertas. Con ello llegó también la reinvención o, mejor dicho, adaptación (no hace falta inventarte cuando tu talento lo llevas dentro, so...