Hay habitaciones que es más difícil tener ordenadas y limpias, como el baño o la cocina, pero ninguna tan tanto como el cuarto de los niños, sobre todo si estos son pequeños. Van de un lado para otro dejando un rastro de juguetes, comida y felicidad a su paso, pero no lo vamos a recogerlo siempre nosotros. Tienen que aprender a recoger y tomarlo como costumbre de manera sencilla, jugando. Nunca debemos olvidar que son niños, tanto al interactuar con ellos como al decorar su habitación, el color nunca puede faltar.
Como hemos dicho, el rastro más común que van dejando es el de juguete y la solución para guardarlos más común es el baúl. Pero al final allí se acaban echando cosas que no son de allí y se desborda. Por eso es mejor diferenciar zonas, y tener elementos de almacenaje para más o menos cada tipo de juguete y adaptado a este.
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Como hemos dicho, los colores deben estar presentes, y nos pueden ser muy útiles, por ejemplo para identificar qué tipo de objeto va en cada estante o cajón.
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Incluso estas cajoneras pueden ser la zona de almacenaje de los juguetes y de juego con estos mismos.
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Las pinturas y las manchan que les acompañan son otro de los problemas. Dependiendo del tipo de pintura se pueden romper o derramarse, además de ser que no solo se pinte con ellas el papel. Evitaremos el rastro del niño con pinturas por la casa si localizamos de forma fijan una zona con todo lo...