Buenos días amores! 
Hace días que no hablamos mucho porque en casa estamos en modo vacaciones aunque ya tocaba volver a la rutina y nada mejor que hacerlo hablando sobre el descanso y como influye tener un buen colchón a la hora de conciliar el sueño.
Hará unos meses nos ofrecieron la posibilidad de probar un colchón Emma en nuestra casa pudiendo elegir el tamaño que quisiéramos (os digo esto porque ahora me arrepiento mil de no haber cogido uno grande para nosotros), pero como nuestro colchón estaba casi nuevo, nos decantamos por coger uno individual para la habitación de Martín ya que su cuna estaba en nuestra habitación y así si venía alguien a casa se podía quedar a dormir en él.

Total, que llega el colchón dentro de una caja minúscula y coincide que había trasladado la cuna de Martín a su habitación para hacerle fotos (os las debo, si, lo sé, pero salieron fatal por la luz y mis pocos dotes fotográficos y hay que repetirlas^^) así que lo abrimos en el salón y mientras terminaba de hacer fotos lo puse en nuestra habitación para que no molestara en medio del pasillo.
Mi sorpresa fue al ver que encajaba perfectamente al lado de nuestra cama (tenemos la cama con el somier en el suelo porque Martín se tiró dos veces y no queremos más sustos por ahora), imaginaos, una cama de 240cm de ancho en total, eso era el paraíso para poder hacer lactancia materna, colecho y descansar de lo lindo.
Pero lo mejor vino después, cuando después ...