Al suizo Charles-Édouard Jeanneret-Gris, más conocido como Le Corbusier, le podemos denominar sin ningún tipo de problema como el padre de la arquitectura moderna. Una persona que transformó este mundo gracias a ideas renovadoras y transgresoras. Un personaje de los que el mundo regala a su antojo da vez en cuando, para reformar su alrededor.

 
El mito de Le Corbusier nació el día que, después de construir la casa de sus padres invirtió diez años de su vida tratando de conocer diferentes culturas del mundo, aprendiendo de cada una de ellas lo suficiente como para poder aplicarlo en su arte. Una especie de viaje al conocimiento que le permitió dominar diferentes estilos. Su legado nos ha dejado un conjunto de icónicas obras que sirven para narrar el estilo arquitectónico del siglo XX. Una obra que puede ser catalogada como paradigma de los últimos cien años. Sin embargo, su trabajo no había sido totalmente reconocido si nos remitimos a los más altos estamentos de la cultura universal. Hasta este verano.  

 
Tras ser rechazada dos ocasiones, la candidatura internacional de los edificios de Le Corbusier fue finalmente declarada por parte de la UNESCO como Patrimonio Mundial. 17 son las obras reconocidas como tal. La lista completa es: Casas de la Weissenhof-Siedlung, Stuttgart, Alemania, 1927; Cabaña de Le Corbusier, Roquebrune-Cap-Martin. Francia, 1951; Complejo del Capitolio de Chandigarh. India, 1952; Pequeña casa a orillas del lago Lemá...