Bajo mi punto de vista, sentir que una casa es un hogar no es tarea fácil. Todas las casas habitadas hablan de las personas que viven en ella y enseguida puedes descubrir su forma de ser, sus gustos e intereses, pero si esa casa además, desprende calidez y vida, entonces puedo decir que he entrado en un hogar.

La casa de Anna Alfaro para mí, es un claro ejemplo de ello. Una casa reformada en el Eixample de Barcelona en la que tanto el continente como el contenido forman una simbiosis perfecta y cada rincón es digno de hacer un copy-paste con los ojos cerrados.

Un estilo decorativo nórdico con pinceladas rusticas, vintage e industriales forman este ambiente acogedor en el que las vigas de madera, el mobiliario restaurado, los detalles con personalidad, los toques justos de color y la luz a raudales que entra por esas maravillosas ventanas hacen que sea imposible no querer ver más y más según vas descubriendo cada imagen. A simple vista se percibe la delicadeza y el cariño con el que Anna ha elegido cada pieza que decora su hogar. Según la entrevista que le hizo Sandra Rojo para Apartment Therapy, Anna vivió en la casa mientras se hacía la reforma de la misma que duró tan solo un mes y medio. 
Si tiene que destacar algo de su casa, sus piezas favoritas son la mesa de comedor hecha por un artesano en Valnot, una silla de Tiretta Living, y el tapiz de su dormitorio.
¿Preparado para sumergirte en el slow life de Anna" Vamos a ello! ;...