En una evolución asombrosa de la decoración de interiores, las cocinas en hogares de todo el país están experimentando un cambio drástico de imagen. Lo que antes se consideraba una cocina blanca y sosa, ha dado paso a un nuevo y audaz concepto culinario donde el verde y el rosa emergen como los colores protagonistas.
Este cambio responde a una creciente tendencia por incorporar más color y vitalidad en las áreas domésticas, retando la creencia tradicional de que las cocinas deben ser espacios neutros y funcionales. En lugar de paredes monocromáticas y gabinetes blancos, los diseñadores de interiores están optando por una paleta que celebra la naturaleza y la calidez, con verdes inspirados en hojas frescas y rosas que evocan la suavidad de los pétalos de flores. El verde añade una sensación de frescura, serenidad y conexión con la naturaleza. Los tonos varían desde un brillante verde esmeralda hasta un suave verde menta, y se aplican tanto en los azulejos como en los muebles y electrodomésticos. Esta elección de color no solo ilumina el espacio, sino que también crea un ambiente relajante y acogedor, ideal para la preparación de alimentos y la convivencia familiar.
Por su parte, el rosa ha ganado popularidad por su capacidad de aportar calidez y un toque lúdico a la cocina. Desde un delicado rosa pastel hasta un vibrante fucsia, este color puede integrarse en diversos elementos decorativos como banquetas, lámparas colgantes, o incluso en los utensilios ...